Ha Muerto tu voz, con él mi nombre,
Ha muerto tu mirada y se llevó mi sonrisa,
Murió también tu larga velada;
Y con ella nuestro silencio.
Ha muerto las mil y una noche de desvelo,
Esa odisea nocturna en mi alcoba,
Pensándome Amada Mía. Ha muerto.
Han muertos tus ojos y con eso maté
tus sueños y enterré tus ilusiones.
Ha muerto la sirena que dibujaba para tí;
Se ahogó en la lluvia. Ha muerto la noche.
Ha muerto el poeta sin nombre,
Sus versos ya no existen en tus
Delicadas manos. Ha muerto.
Ha muerto todo y ha muerto la nada,
Han muerto tus tardes silentes y;
Tus mañanas tranquilas, se ha ido
Como mi voz que persigue tu alma.
Ha muerto el silencio y sigue siendo
Silencio. Ha muerto el suspiro,
Y no queda nada, más que mi llanto.
Ha muerto todo amor mío;
pero tu boca aún agoniza;
Y todavía, calladamente
Dice esa palabra que mi corazón
Espera.
Ha muerto mi poema y mi canto,
Pero tu corazón se resiste
A dejar este Mundo.
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