2010

"BIENVENIDO A MI BLOG"

7 de febrero de 2012

COLMILLO DE TIBURÓN

Por : JAVIER M. ONCOY
(TRILCE)

Cuando terminé mi participación en el recital, una dama se me acercó y me bombardea con una pregunta muy particular en un evento que nada tenía que ver con su interrogante.

-¿Usted como peruano, dígame cuál es su opinión sobre las declaraciones de un escritor peruano que dijo, que la comida peruana es mala y nada saludable?.

Silencio y luego inteligencia profunda con mi respuesta, la dama me sonrío mostrándome los dientes blancos y se marchó con una coquetería sensual, lúcida como satisfecha ante mi reacción; pero muy en el fondo sentí una especie de ira controlada y ansias de encontrarme con aquél escritor que se atrevió enlodar con declaraciones mezquinas, la fama de la gastronomía peruana que ganó con mucho esfuerzo comercial, entrar en grandes mercados internacionales.

Ya, con la calma necesaria para expresar y responder un montón de mensajes buscando una respuesta, deduje muchas teorías existentes. Primero leer detenidamente lo que dijo Iván Thays y luego analizar la sintaxis, el fondo y la forma del contenido, empecemos por esto:

“La gastronomía de nuestro país “indigesta”, es “poco saludable” y que la mayoría de platos son casi sin excepción un petardo de carbohidratos al cubo”.

Bien, ya como es sabido, Thays siempre polemizando con argumentos de un intelectual prolijo, culto y conocedor de la casi “Gramática perfecta”; para luego ampararse con disculpas ortodoxas y nada convincentes para el paupérrimo intelecto de los peruanos (eso me hizo ver los comentarios). 
Pero no voy hablar ni hacer un estudio sobre el vasto recorrido literario de Thays ni mucho menos opinar hepáticamente sobres las palabras de un comensal aburrido, indigestado y sincero a la vez; solo voy dar mi punto de vista como usuario comensal y sobre todo como peruano (Aunque las nacionalidades chauvinistas son repulsivos para mí) Siempre, en cada suelo patrio que he visitado, degusté las comidas, y no voy afirmar mi conformidad y feliz acecho de mi paladar; no rechazo las costumbres culinarias de ninguna parte pero apruebo y desapruebo el gusto gastronómico. En eso viajes, de algún modo me tocó hablar de las delicias de un plato peruano; y, siempre he sido correspondido con su “si, la comida peruana es deliciosa”. Pero lo que dijo el autor de “Un lugar llamado Oreja de Perro”; no es que la comida peruana sea mala; sino que es poco saludable (no es lo mismo que sucio y antigiénica), y concuerdo con sus palabras; pues “comer rico, no es comer saludable”, sin ser un erudito nutricionista afirmo lo expresado.

La reacción popular, aquella “manada” que dicen que son la voz de “dios”, no se hizo esperar, purgaron hasta la profundidad con insultos excesivos, profanos, déspotas, usando epítetos dignos de una comunidad de penitenciaria. O aquellos barrios de bajo mundo, enlodando licencias de buen lenguaje y enturbiando el bello idioma.
No estoy aplaudiendo sus palabras ni soy defensor de Thays, solo opinando con la mayor cordura posible, de tal forma responder la ráfaga de preguntas que han llovido en mi correo. Además no soy amigo ni lector leal del autor de “El Orden de la Cosas”, porque nunca me ha gustado su prosa castiza y su estilo elegantona con cierta estirpe limeña.

Esperé la reacción y respuesta de Gastón Acurio, claro era de suponer que iba entibiar la caldera, ciertamente con aires de vanidad esquiva, con sonrisa hipócrita, enfrió el incendio con una diplomacia barata y nada excelsa. Aceptó “dulcemente” la crítica de otro peruano como él y difundió con su sarcasmo escondido, que se va mejorar en ese aspecto. Me pregunto ¿Qué va mejorar? Desconozco la asesoría científica del cocinero pero no dudo en afirmar que hay que ver el fondo del asunto, las cosas están hechas y dichas. 
El tema ha herido el orgullo de muchos, tal vez todos o casi todos los peruanos; porque navegamos en la nube, tocando tenedores de continente a continente. Espero que el valor de la verdad salga a brillar y el amigo de miles de paladares como es Acurio reflexione y no solo comercie con sus recetas memorizadas sin buscar mecanismos que enfrente una posible caída de su fama; porque de intelectual no tiene ni olla donde sazona, es solo lector de recetas, tal vez precursor de algún u otro.

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que ser realistas y aceptar las criticas

Anónimo dijo...

"porque de intelectual no tiene ni olla donde sazona..."
jajaja muy buena trilce

Anónimo dijo...

me encanta.....

Anónimo dijo...

así como nuestro gastón conoce su materia, usted sabe su materia, el zapatero a su zapatos señor trilce.

Anónimo dijo...

Que se quejan si es muy cierto, comer rico no es comer saludable, muy bien dicho trilce.

Brenda Ortiz dijo...

Comer rico no es lo mismo que comer sano, que buen comentario y seguro la mejor respuesta, pero que sutileza para escribir.