“¿Es el matrimonio un destino hacia una nueva vida o es un camino hacia misterio nunca explorado?”
CAPÍTULO IV
¿EL MATRIMONIO SÍMBOLO DE PERENNIDAD AMOROSA?
Nunca me había casado; ni mucho menos había pensado en hacerlo hasta ese día que descubrí que la vida no vale la pena, cuando estás sumergido en medio de las tinieblas abrazado de la soledad. Sé que es posible hacer feliz a alguien y descubrir ese sentimiento llamado amor que duerme en su alma. Lo supe ese día que amar no solo es combatir sino también es compromiso eterno de entrega, comprensión y cariño mutuo; que la vida en dos es mucho más fácil, es más sencillo cruzar el río, de escalar montañas y hasta de preparar un sancocho. El día de la boda vi en ella, en el brillo de sus ojos, en su sonrisa de niña la felicidad entera, sentí una bella melodía en su mirada; hasta la curvatura de su silueta evocaba una enorme alegría. Nada podría empañar esa fiesta en nuestras almas, la orquesta en nuestros corazones y harta bebida en nuestros labios juntos. Nos juramos respeto, amor y fidelidad hasta que la muerte nos separe e hicimos votos de fe religiosa, evocamos tan solo amor el resto de nuestros días y nos sumergimos en un solo suspiro, en un solo nombre, en un solo silencio.
Desde que empecé a amarla mi corazón dio señales de vida, la tenía agonizante, sentí una primavera en mis ojos y un mágico verano en mi alma; la amé intensamente, mi nombre ya no era lo mismo y mis apellidos la pertenecían, hasta mis botas eran de ella, mi sombrero llevaba su firma. Ese es el amor me decía yo mismo cuando bebía alguna cerveza estaba ella mirándome, sonriéndome listica para ir a la nevera y llevarme otra.
Éramos marido y mujer para las leyes; esposos para la sociedad pero para mi era el Poeta y su Gata; lo primero se acaba con una demanda de divorcio y firmas sollozadas y ya; el segundo se muere en la boca de alguna manguecilla; pero, lo último se perpetuará tras generaciones porque maullarán en mis letras por siempre y abrirá mercados de felinos buscando dichosa gata nacida siglos atrás. El amor es algo sencillo para las matemáticas, es confuso para las ciencias naturales, es complejo para la biología humana, es tan solo una palabra para la gramática; es arte para la literatura, es vida para historia porque todos los que han amado han vivido y todos los que han vivido han amado. Yo estoy amando sobre ruedas; ella, mi esposa me ama sobre rieles, es un amor complejo y totalmente sencillo a la vez; sin embargo como todo ser humano he tenido la tentación del mal; ese mal que nutrió mi intelecto y quebró mi sapiencia sobre el amor; más aún por mis propios sentimientos. Mis palabras se salieron de su lugar equivocadamente e hirieron ojos, corazones y algunas almas; pero lo más vil fue que partió en una cantidad improporcionada el noble y sagrado corazón de mi Gata; destruyó el propio mundo que construimos con nuestras manos, dañó su alma, su vida y quebró nuestros sueños. Si, mis letras me traicionaron a mi mismo y podría convertirme en un poeta más frustrado y homicida de la historia; y estoy seguro que ni Baudelaire me perdonaría si no logro la épica hazaña de restablecer los pedazos del corazón de mi Gata. De devolverle el brillo de sus ojos y hacerla sonreír infinitamente; si logro ganar esa batalla homérica, estoy seguro que hasta dios me amaría y Yo sería su propio esclavo.
- Javier levanta es tarde, es la voz de mi esposa que reclama mis ojos, reclama una mirada.
- Gata…!
- Estoy escribiendo una novela, se trata de nuestra vida mi amor, ya llegaré tan pronto posible, por favor no apagues la luz de la entrada, si, deja solo encendida esa luz. (d)
- Vamos hombre es solo una vela, sino viene rápido se apagará mi hijito además hay mucho viento.
- Gata. (Silencio total).
Corro como bestia a alcanzar su presa en plena cacería, es eterno el camino, inmensas montañas, ríos que cruzar a nado, junglas peligrosas; siento volar, mis manos bracean en el vacío es un sensación única. Me he cansado, voy a caer no hay ave que me salve mi caída, veo el océano, una selva, veo enormes rocas, ¿Adónde?...
- Gata.
- Sueñas aún Javi, cuando despiertes ve a buscarme a la estación y no olvides de…
¿Hasta la belleza cansa y el amor acaba? No comparto este apunte cotidiano, la belleza es un concepto muy complejo de descifrar, es un universo de donde habitan millones de seres desconocidos; la belleza es una palabra que tiene su propio origen y propia vida y no se puede afirmar categóricamente qué es; por lo tanto no se puede saber qué parte de la belleza es lo que cansa. El amor es vida y la vida es amor; por ello existimos, la raza humana se ha atrincherado en el amor y ha vencido batallas imposibles de vencer; el hombre ha ganado a lo largo de la historia muchos miedos por amor y las sociedades secretas ha sido reveladas por amor. El amor ha estado como antorcha en las oscuridades universales, ha estado en los corazones mas infames, en los poetas, en los matemáticos, en los científicos, en los agnósticos, etc. Todos con distintos conceptos pero con una sola razón de ser: Han sentido por igual cuando han amado. Entonces el amor no puede acabarse, no puede morir con un adiós o con un divorcio si es que es casado, puede apagarse sus llamas pero se puede encender tan pronto como ama. Siempre quise amar sin casarme, pero quería la totalidad, deseaba dejar una huella de mis manos en un papel para que mi vida sea completo y ese día sentí que no era un error al mirarla de reojo, de frente a la que va ser y es mi esposa comprendí que cada ser humano necesita alguien en su vida pero mejor aún con boda pero el amor sigue siendo amor.
Hoy estoy a punto de divorciarme y aún puedo recordar aquél día que me casé, recuerdo el lugar, los invitados, la jueza, los libros, mi traje, el vestido de la gata; hasta de sus zapatos azules, tan azules como sus ojos. Han pasado más de 10 años y todavía veo en mi mente la imagen enamorada de ella; el beso de “puede besar a la novia”, el buffet, el champagne y el ron aún están por sorbos en mi garganta y sobre todo la primera noche de bodas en avión. Fue mágico, una locura sui géneris, volamos a Bogotá, ella vestía un pantalón azul muy delgado, unas zapatillas blancas y blusa salmón, nuestras miradas se entrecruzaron con deseo y nos fuimos a los servicios higiénicos.
- Entra tú primero mi amor.
- Pasa Gata.
- Ay papi si nos pillan
- Estás bellísima mi amor, esto lo recordaremos ya sea en el paraíso o en el mismo infierno.
Si describiera lo que hicimos en ese pequeño cuartelillo de mujeres no habría palabra que quepa en mi historia, sencillamente fue espectacular.
Cómo olvidar esa fecha, ¿Ella lo estará recordando en este momento? Estoy seguro que sí; porque Yo puedo aún ver su sonrisa, el brillo de sus azules ojos, su mirada llena de felicidad, su corazón palpitando en mi pecho y sus manos apretando mis manos; plegados en un solo suspiro y en un solo silencio. Suspiro que se apaga hoy; silencio que grita su presencia, los papeles se quedarán en archivos, la esposa se perderá en la sombra pero yo reclamo, suplico, ruego y hago penitencia es para mi Gata, para verla maullar, para acariciarla la cola y dormirme con la melodía de su ronroneo.
Lima siglo XXI
CAPÍTULO IV
¿EL MATRIMONIO SÍMBOLO DE PERENNIDAD AMOROSA?
Nunca me había casado; ni mucho menos había pensado en hacerlo hasta ese día que descubrí que la vida no vale la pena, cuando estás sumergido en medio de las tinieblas abrazado de la soledad. Sé que es posible hacer feliz a alguien y descubrir ese sentimiento llamado amor que duerme en su alma. Lo supe ese día que amar no solo es combatir sino también es compromiso eterno de entrega, comprensión y cariño mutuo; que la vida en dos es mucho más fácil, es más sencillo cruzar el río, de escalar montañas y hasta de preparar un sancocho. El día de la boda vi en ella, en el brillo de sus ojos, en su sonrisa de niña la felicidad entera, sentí una bella melodía en su mirada; hasta la curvatura de su silueta evocaba una enorme alegría. Nada podría empañar esa fiesta en nuestras almas, la orquesta en nuestros corazones y harta bebida en nuestros labios juntos. Nos juramos respeto, amor y fidelidad hasta que la muerte nos separe e hicimos votos de fe religiosa, evocamos tan solo amor el resto de nuestros días y nos sumergimos en un solo suspiro, en un solo nombre, en un solo silencio.
Desde que empecé a amarla mi corazón dio señales de vida, la tenía agonizante, sentí una primavera en mis ojos y un mágico verano en mi alma; la amé intensamente, mi nombre ya no era lo mismo y mis apellidos la pertenecían, hasta mis botas eran de ella, mi sombrero llevaba su firma. Ese es el amor me decía yo mismo cuando bebía alguna cerveza estaba ella mirándome, sonriéndome listica para ir a la nevera y llevarme otra.
Éramos marido y mujer para las leyes; esposos para la sociedad pero para mi era el Poeta y su Gata; lo primero se acaba con una demanda de divorcio y firmas sollozadas y ya; el segundo se muere en la boca de alguna manguecilla; pero, lo último se perpetuará tras generaciones porque maullarán en mis letras por siempre y abrirá mercados de felinos buscando dichosa gata nacida siglos atrás. El amor es algo sencillo para las matemáticas, es confuso para las ciencias naturales, es complejo para la biología humana, es tan solo una palabra para la gramática; es arte para la literatura, es vida para historia porque todos los que han amado han vivido y todos los que han vivido han amado. Yo estoy amando sobre ruedas; ella, mi esposa me ama sobre rieles, es un amor complejo y totalmente sencillo a la vez; sin embargo como todo ser humano he tenido la tentación del mal; ese mal que nutrió mi intelecto y quebró mi sapiencia sobre el amor; más aún por mis propios sentimientos. Mis palabras se salieron de su lugar equivocadamente e hirieron ojos, corazones y algunas almas; pero lo más vil fue que partió en una cantidad improporcionada el noble y sagrado corazón de mi Gata; destruyó el propio mundo que construimos con nuestras manos, dañó su alma, su vida y quebró nuestros sueños. Si, mis letras me traicionaron a mi mismo y podría convertirme en un poeta más frustrado y homicida de la historia; y estoy seguro que ni Baudelaire me perdonaría si no logro la épica hazaña de restablecer los pedazos del corazón de mi Gata. De devolverle el brillo de sus ojos y hacerla sonreír infinitamente; si logro ganar esa batalla homérica, estoy seguro que hasta dios me amaría y Yo sería su propio esclavo.
- Javier levanta es tarde, es la voz de mi esposa que reclama mis ojos, reclama una mirada.
- Gata…!
- Estoy escribiendo una novela, se trata de nuestra vida mi amor, ya llegaré tan pronto posible, por favor no apagues la luz de la entrada, si, deja solo encendida esa luz. (d)
- Vamos hombre es solo una vela, sino viene rápido se apagará mi hijito además hay mucho viento.
- Gata. (Silencio total).
Corro como bestia a alcanzar su presa en plena cacería, es eterno el camino, inmensas montañas, ríos que cruzar a nado, junglas peligrosas; siento volar, mis manos bracean en el vacío es un sensación única. Me he cansado, voy a caer no hay ave que me salve mi caída, veo el océano, una selva, veo enormes rocas, ¿Adónde?...
- Gata.
- Sueñas aún Javi, cuando despiertes ve a buscarme a la estación y no olvides de…
¿Hasta la belleza cansa y el amor acaba? No comparto este apunte cotidiano, la belleza es un concepto muy complejo de descifrar, es un universo de donde habitan millones de seres desconocidos; la belleza es una palabra que tiene su propio origen y propia vida y no se puede afirmar categóricamente qué es; por lo tanto no se puede saber qué parte de la belleza es lo que cansa. El amor es vida y la vida es amor; por ello existimos, la raza humana se ha atrincherado en el amor y ha vencido batallas imposibles de vencer; el hombre ha ganado a lo largo de la historia muchos miedos por amor y las sociedades secretas ha sido reveladas por amor. El amor ha estado como antorcha en las oscuridades universales, ha estado en los corazones mas infames, en los poetas, en los matemáticos, en los científicos, en los agnósticos, etc. Todos con distintos conceptos pero con una sola razón de ser: Han sentido por igual cuando han amado. Entonces el amor no puede acabarse, no puede morir con un adiós o con un divorcio si es que es casado, puede apagarse sus llamas pero se puede encender tan pronto como ama. Siempre quise amar sin casarme, pero quería la totalidad, deseaba dejar una huella de mis manos en un papel para que mi vida sea completo y ese día sentí que no era un error al mirarla de reojo, de frente a la que va ser y es mi esposa comprendí que cada ser humano necesita alguien en su vida pero mejor aún con boda pero el amor sigue siendo amor.
Hoy estoy a punto de divorciarme y aún puedo recordar aquél día que me casé, recuerdo el lugar, los invitados, la jueza, los libros, mi traje, el vestido de la gata; hasta de sus zapatos azules, tan azules como sus ojos. Han pasado más de 10 años y todavía veo en mi mente la imagen enamorada de ella; el beso de “puede besar a la novia”, el buffet, el champagne y el ron aún están por sorbos en mi garganta y sobre todo la primera noche de bodas en avión. Fue mágico, una locura sui géneris, volamos a Bogotá, ella vestía un pantalón azul muy delgado, unas zapatillas blancas y blusa salmón, nuestras miradas se entrecruzaron con deseo y nos fuimos a los servicios higiénicos.
- Entra tú primero mi amor.
- Pasa Gata.
- Ay papi si nos pillan
- Estás bellísima mi amor, esto lo recordaremos ya sea en el paraíso o en el mismo infierno.
Si describiera lo que hicimos en ese pequeño cuartelillo de mujeres no habría palabra que quepa en mi historia, sencillamente fue espectacular.
Cómo olvidar esa fecha, ¿Ella lo estará recordando en este momento? Estoy seguro que sí; porque Yo puedo aún ver su sonrisa, el brillo de sus azules ojos, su mirada llena de felicidad, su corazón palpitando en mi pecho y sus manos apretando mis manos; plegados en un solo suspiro y en un solo silencio. Suspiro que se apaga hoy; silencio que grita su presencia, los papeles se quedarán en archivos, la esposa se perderá en la sombra pero yo reclamo, suplico, ruego y hago penitencia es para mi Gata, para verla maullar, para acariciarla la cola y dormirme con la melodía de su ronroneo.
Lima siglo XXI
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