2010

"BIENVENIDO A MI BLOG"

11 de marzo de 2012

NOCHES TACITURNAS

                          IV
(…)

Ana es una atractiva muchacha de un pequeño poblado de Huandoy, hace poco terminó el bachillerato y todavía sigue indecisa; si estudiar ciencias de la comunicación o Sicología. Su vida ha sido resaltado por la soledad con un padre que poco o nada hizo para criarla y educarla con amor y una madre desprendida de todo que lo tuvo muy joven no acertó en elegir el marido correcto en ninguno de los dos intentos.

En los años de pubertad Ana enfermó de anemia. También sufría un miedo crónico y grave de quedarse sola en la oscuridad. No toleraba el gentío a su alrededor, era esquiva y solitaria, vivía detallando un sueño o una pesadilla del pasado. Había sufrido un abuso sicológico e intento de abuso sexual por parte de un pariente; trauma que sobrevive sin darse cuenta hasta ahora.

Ana había tratado varias veces de escapar pero no tenía donde ir, quería huir de su casa, buscar una independencia frágil e ilusa.
Durante los días que la conocí, comencé a tratarla normal,  no sabía quién era tal muchacha con albores de atrevimiento que me había tomado parte de su círculo, lo cual con mucho recelo y sospecha acepté como amiga. Hablábamos temas nada importantes; pero algo en esas palabras escondía un misterio, quise desenredad la madeja de su historia con charlas diarias que se  fueron convirtiendo en entendimientos amicales y terminé por enredarme yo mismo.

No sentía una muchacha feliz, en algo que me llamaba la atención, sentía miedo y lo manifestaba en palabras que ella ni cuenta se daba. Intenté emplear técnicas que había experimentado anteriormente para ayudarla a desprenderse de sus miedos, a ver las cosas con más perspectiva de un adulto. Conversamos, razonamos, reímos y hasta nos quedamos callados.

Tuvieron que pasar muchos días o semanas para manifestarme su yo interior, lo que vivía dentro de ella, un pasado muy sombrío y recuerdos nada memorables dañaron a esta bella Ana. Sentía a pesar de la ternura de sus palabras, la energía de su odio por alguien que estuvo en su vida; un recuerdo que seguramente es una huella casi imborrable en su vida hasta que sienta que está viva y puede llegar a cambiar a su modo, de perdonar y no sentir absolutamente nada por ese tormentoso pasado. Llegar a amar nuevamente,  construir nuevas ilusiones, liberarse del yugo del pasado, solo eso le cambiaría la rabia y el dolor que habita en su alma.

Los traumas experimentados en la niñez de la vida con variaciones de frustración y dolor, pueden ser la verdadera fuente del odio, por algo experimentar el origen del problema y empezar vivir sin observar el pasado ayudará sanar esa herida.


                             VI
(…)

Todo transcurría en silencio y amenazaba con estar así hasta el amanecer cuando escuché la puerta la puerta del pasadizo abriéndose. Pensé que iba a la cocina por agua pero toda esa teoría terminó cuando escuché su voz.

-  Carlos…

Una voz suave que se repetía entre la ventana, de pronto se apareció en mi habitación como a eso de las once de la noche y se quedó mirándome con su carita de niña y me dijo que tenía frío, que estaba asustada y que no se podía dormir. Que si podía ver televisión a mi lado. Ningún hombre de la tierra le hubiera dicho que no.

Estaba descalza y llevaba puesta una pijama de vestido corto, blanco, sensual y muy provocativa que dejaba insinuar sus encantos enmarcados en una piel blanca y tersa como una pera muy fina. Mientras caminaba hacia  mí con el bamboleo de la tela de su vestido sobre su cuerpo le dije  que sí. Era irremediablemente decirle que sí.

Ella llegó a mi cama y se metió entre mis cobijas recostándose a mi lado con una timidez aparente que me hizo desearla. Le pregunté por el canal de televisión que quería ver y no me supo responder. Solo se limitó a atornillar su nariz fría en mi cuello y a pasarme uno de sus brazos y una de sus piernas sobre mi humanidad en un gesto de inconmensurable ternura. No tuve más remedio que abrazarla y empezar a recorrer su espalda caliente con mis manos abiertos, sintiendo cómo se estremecía su cuerpo al contacto con la yema de mis dedos. Fue entonces cuando me ofreció su boca para que la besara y lo hice. Fue un beso tímido que pronto se transformó en un beso profundo y apasionado.

De repente sentí su mano inexperta palpando mi zona pélvica y sentí la gloria. Pero fue justo cuando me intentó despojar  de los interiores en acto mecánico, me sentí pintado en las paredes del Olimpo, deseoso de poder explotar mi alma y convertirme en héroe; porque no podía resistir a su cadera pulposa y sus glúteos de mármol. Cuando el frenesí elevaba su temperatura y mi pequeña amante se retorcía como pez en el agua, fui señalando los terrenos colindantes hasta donde pertenecía mi boca, toda y cada parte de su silueta fue devorado por mis labios. Lentamente fui siendo esclavo de su belleza, convirtiéndome en silencio palpable.

Ya era otro día, súbitamente quedé sentado en mi cama, miré por todos los lados, me froté los ojos y aquella muchacha ya no estaba, la busqué debajo de las cobijas, en la cocina, en la sala, en el estudio y no había alguna evidencia de su existencia.

*****

              VI

(...)

Javier Manrique Oncoy

5 comentarios:

TRILCE dijo...

Se va armando de a pocos la historia...

Alejandra Fernández dijo...

linda historia de amor pero hay una duda al final y seguro que en otros capitulo se sabra pero me mata la curiosidad, es la misma ana la que aparece en el capitulo siguiente y es un sueño o..? Abrazos

Nataly Echegaray Villalobos dijo...

De repente sentí su mano inexperta palpando mi zona pélvica y sentí la gloria. Pero fue justo cuando me intentó despojar de los interiores en acto mecánico, me sentí pintado en las paredes del Olimpo, deseoso de poder explotar mi alma y convertirme en héroe; porque no podía resistir a su cadera pulposa y sus glúteos de mármol.

Anónimo dijo...

Romántico, erótico, sensual tierno un sueño y realidas mezclado bonita historia espero que complete besos.
Vania

Ericka Flores dijo...

Falta el 1,2,3, 5 y el 6 de una vez me da curiosidad la historia...